Todos hemos visto un sillón de masaje en la televisión o en un centro comercial en algún momento y pensamos, «debe ser extremadamente cómodo». Pero hoy, es un objeto que pocas personas tienen en su sala de estar. Tal vez sea porque no sabemos cuán beneficiosos pueden ser.
¿Cómo trabajan?
El sillón de masaje es en realidad un sillón como los de toda la vida, pero esconde un secreto en su interior: una serie de sensores bajo su tapizado recogen información sobre nuestro cuerpo (peso, postura, longitud de piernas y brazos…) y un complejo sistema de motores activa los mecanismos que suavemente vibran, rotan o golpean la superficie sobre la que estamos descansando, generando esta agradable sensación de masaje.
Los sillones de masaje que se venden actualmente incorporan un mando a distancia, en algunos casos inalámbrico, que permite cambiar de masaje o posición con solo pulsar un botón, sin tener que levantarse para reprogramar el mueble.
No son para jugar
Debe tenerse en cuenta que no importa lo agradable que se sienta la silla durante el funcionamiento, no puede reemplazar de ninguna manera la acción de las manos de un fisioterapeuta. Su finalidad es puramente relajante, y si tenemos un problema de espalda o algún tipo de lesión muscular, debemos consultar a un especialista antes de adquirir alguna de estas sillas.
Sus múltiples beneficios
Un sillón de masaje tiene una gran cantidad de beneficios para nuestro cuerpo y nuestra salud, entre los que destacan:
- Combatir la hinchazón de las piernas, típica de las personas que pasan muchas horas de pie o tienen problemas de circulación sanguínea.
- Alivian los síntomas de enfermedades como el dolor crónico o la fibromialgia si aplicamos masajes en las zonas del cuerpo afectadas.
- Tienen un efecto quiropráctico. Muchas personas pasan la mayor parte del día sentadas y realizan movimientos de baja intensidad pero muy repetitivos, lo que provoca molestias y rigidez en los músculos y las articulaciones. Los sillones masajeadores alivia los efectos negativos de una vida sedentaria.
- Minimizan el dolor de pie gracias al suave masaje de compresión que pueden realizar. Después de diez horas de estar parado o caminar de un lugar a otro con los zapatos puestos (más si son tacones altos) esto se agradecerá.
- Combaten la enfermedad degenerativa del disco y la rigidez en la región lumbar de la espalda. Al relajar y soltar los músculos de esta zona, se alivia la tensión y la fricción entre las vértebras. Si bien no es de la mano de un fisioterapeuta, puede ser de gran ayuda.
Los sillones de masaje que se venden hoy en día tienen cientos de funciones que, cuando se combinan adecuadamente, tendrán una variedad de efectos terapéuticos. Además, ofrecen masajes que son simplemente relajantes y nos ayudarán a concentrarnos, descansar mejor por la noche y estar de buen humor.
Personalizables
Debido a la gran cantidad de sensores y modos de funcionamiento del sillón masajeador, pueden ser utilizados por todos los miembros de una familia para que todos reciban el «tratamiento» que más necesitan. Además, se venden sillones de masaje de una, dos y tres plazas.
Si además se combina con gafas de masaje, la relajación será total. Alivian los dolores de cabeza, reducen las ojeras y ayudan a prevenir el insomnio.
A veces nos olvidamos de los beneficios para la salud de estar relajados. O, en otras palabras, nos olvidamos de los efectos negativos del estrés. Un sillón de masaje nos ayudará a mantenernos relajados, tranquilos y, por tanto, más saludables y felices.
