Marni, Armani, Dsquared2, Ferragamo y Valentino unen sus desfiles y apuestan, ahora más que nunca, por códigos compartidos entre el guardarropa varonil y femenil.
La enfermedad pandémica ha trastocado los calendarios de la moda.
Muchas firmas han decidido aprovechar la flexibilidad que aportan los formatos digitales y exponer sus colecciones para hombre a lo largo de la semana de la moda (femenina) de Milán, que ha concluido este lunes 1 de marzo.
Por lo general, han optado por desfiles o formatos digitales mixtos, en los cuales las colecciones para hombre y mujer comparten espacio, tiempo y atención.
En ciertos, celebrando dobles desfiles para resaltar los recursos habituales a las dos líneas sin dejar de hacer visibles sus divergencias.
A continuación, una selección de las principales colecciones masculinas que se han “colado” en el calendario de la semana en Milán:
Marni: romanticismo y anarquía
La enfermedad pandémica ha dividido a los diseñadores en 2 equipos, en funcionalidad de la conclusión que cada uno extraiga de los acontecimientos de los últimos meses.
Para varias firmas, la crisis universal ha traído una totalmente nueva idea acerca de lo domestico y un imperativo, la tranquilidad.
De allí el chándal, los cortes holgados, el diálogo constante con la ropa deportiva, la innovación textil. Para otras, no obstante, el último año ha desencadenado una reivindicación de la moda como goce y como evasión.
Requerimos estar cómodos, sí, pero además soñar. En aquel partido milita Francesco Risso, el director creativo de Marni, que ha concebido su recopilación otoño-invierno como una oda a la moda como actividad plástica, táctil y casi manual.
Risso acude al romanticismo, al sturm und drang y a la emotividad desatada de los románticos. Y su recopilación es hipersensible de un modo eufórico y colorista, celebrando que, al menos, en la imaginación no hay parámetros.
En los diseños para hombre espigados en un desfile mayoritariamente femenil Risso reivindica tareas textiles que van desde acolchado hasta las chorreras, los volantes e inclusive el corsé.
Los colores son saturados, eléctricos, con un rojo que no hubiera desagradado a Dario Argento como hilo conductor. Las sombras se alejan de lo canónico, sin fronteras.
Giorgio Armani: el repertorio del maestro
El milanés continuamente ha trabajado, como poco, en 2 mundos diversos.
Por un lado, Emporio Armani, una de las primeras firmas en comprender que la moda necesitaba lo deportivo para continuar siendo importante entre nuevos públicos.
Por otro, Giorgio Armani, su firma homónima, en la que declinan, temporada tras temporada, sus obsesiones estéticas clásicas.
En la colección del próximo otoño hay toda una lección magistral respecto a cómo re-interpretar un repertorio claro.
Hay chaquetas rectas de inspiración asiática, pantalones con pinzas hedonistas y amplios, terciopelo, seda, piel, cachemira estampada.
O sea, todos aquellos recursos que no formaban parte del armario varonil anterior a que Armani llegara a la industria.
Emporio Armani: un poco de flúor
Los años ochenta invaden en la temporada de la mano de Emporio Armani, una de las firmas causantes de generar y patentar el look de la década.
La línea más deportiva y técnica de Armani recupera en esta situación los tonos flúor sin abandonar sus aspectos tradicionales.
En el lote cómodo, se plasma en un puñado de elecciones bien resueltas: suéters y camisas de tonos brillantes para llevar con traje cruzado, chaquetas de hombro caído que coquetean con la silueta del albornoz y, obviamente, la marca de la casa: prendas deportivas –chaquetas bómber, beisboleras, sudaderas con capucha– que adoptan las suntuosas texturas marca de la casa.
Atención a las prendas de punto, con motivos de ochos o de espiga, que retoman otro de los tradicionales de la firma.
Salvatore Ferragamo: el futuro ya está aquí
El futurismo no es ajeno a Ferragamo; ya en los principios de la marca, el propio fundador solía incorporar materiales innovadores y sombras ultramodernas en sus zapatos para dama.
De alguna forma, el director creativo Paul Andrew se las ha arreglado para cambiar toda dicha energía en una oda a un mundo casi de ciencia ficción e inspirarse de manera directa en Gattaca o Matrix.
En el lado de la moda varonil, donde sigue contando con la participación de Guillaume Meilland, esta inspiración se resuelve en una selección de prendas que retoman las líneas exploradas en sus últimas colecciones: la ropa técnica y profesional, los uniformes, la exactitud en el corte y una determinada polivalencia que tiene tanto de imaginería high tech como de artesanía bien entendida.
Merece una mención aparte la paleta de colores con preferencia por las combinaciones monocromas, los acabados pulcros y la vocación sustentable.
Dsquared2: vamos de celebración
Una de las claves del triunfo de la firma de los hermanos Caten es una regla aparentemente simple: si algo fascina, súbele el volumen para que guste aún más.
La recolección mixta que Dsquared2 ha condensado en un fashion film de menos de 3 min es, al pie de la letra, eso: una selección de prendas estratégicamente pensadas para subir el ánimo en tiempos difíciles.
En el área varonil, los trajes entallados de la marca italiana adoptan aplicaciones, texturas y detalles brillantes que invitan a presumir, los básicos de procedencia deportiva lucen cromatismos rotundos y los vaqueros y las prendas de punto se llenan de recursos reconocibles, color y espíritu punk.
De manera definitiva, no es ropa para quedarse en el hogar.
Valentino: una silueta exclusiva
La última recolección para hombre de la semana vino en un desfile mixto celebrado en el Piccolo Teatro Strehler de Milán.
Pier Paolo Piccioli ha presentado una iniciativa inspirada en el planeta escénico y en el cual dialogan lo varonil y lo femenil. No en vano Valentino llamó la atención, el pasado enero, al integrar ciertos hombres en el casting de su desfile de Alta Costura.
No obstante, su iniciativa para el próximo otoño va más alla.
La colección, llamada Act, está concebida en buena parte como un vestuario compartido sin fronteras de género.
Si nos atenemos a las prendas al principio masculinas, los pantalones se acortan por arriba del tobillo y las chaquetas, abrigos y jerséis adoptan maneras holgadas y gigantes volúmenes trapezoidales.